El Ramadán es uno de los meses más significativos del calendario islámico. Sin embargo, no solo es una práctica religiosa, pues también es un vínculo con la historia ancestral árabe, explica el portal National Geographic. Su nombre proviene del idioma árabe, «ar-ramad», que hace referencia al calor de esta temporada en esa zona del mundo.
De acuerdo con la fe musulmana, durante este mes, en el año 610 d.C., el ángel Gabriel reveló el Corán al profeta Mahoma, marcando Laylat Al Qadar, conocida como la «Noche del Poder». Desde entonces, los musulmanes realizan el ayuno durante el día para conmemorar la sagrada revelación.
El Corán, con sus 114 capítulos, se considera la palabra directa de Alá, complementada por los hadices, relatos sobre Mahoma; precisamente son estos textos los que constituyen la base del Islam.
Durante el mes del Ramadán, los musulmanes buscan un crecimiento espiritual, fortaleciendo su relación con Alá a través de la oración, la lectura del Corán y realizando actos altruistas; además, con el ayuno diurno, obligatorio para la mayoría, se fomenta la autodisciplina y la empatía con los demás.
Una vez que se rompe el ayuno, es momento de reunirse y compartir los alimentos tradicionales.
La culminación del Ramadán se celebra con Eid al-Fitr, una festividad de tres días que incluye oraciones, intercambio de regalos y reflexión sobre la vida y la familia.
El Ramadán incluye la celebración de 5 pilares, que son: la fe, la caridad, la oración, la autocontención y la devoción.
Este año, las celebraciones del Ramadán se realizarán en medio de la incertidumbre sobre una tregua entre Israel y Hamás ocupan todas las mentes, dice la agencia AFP.
Además, añade que la guerra, desencadenada el 7 de octubre por el ataque sin precedentes del movimiento islamista palestino en el sur de Israel, entró el jueves en su sexto mes y hace temer una escalada regional.
Este año, el Ramadán inicia el domingo 10 de marzo, al día siguiente de la luna creciente; y concluye el lunes 8 de abril.