
Este domingo, México llevó a cabo una elección sin precedentes para renovar 2,681 cargos judiciales a nivel federal y estatal, incluyendo ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), magistrados y jueces de distrito. La jornada, impulsada por una reforma promovida por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y continuada por la presidenta Claudia Sheinbaum, buscó democratizar el Poder Judicial mediante el voto popular.
Sin embargo, el proceso electoral enfrentó múltiples desafíos y generó diversas críticas:
- Participación ciudadana limitada: Se anticipó una baja participación, estimada en alrededor del 22.9%, debido a la complejidad del proceso y al desconocimiento generalizado sobre las funciones de los cargos en disputa
- Problemas en el extranjero: Mexicanos residentes en el extranjero reportaron dificultades para votar, incluyendo fallas en dispositivos electrónicos en consulados como el de Madrid, donde largas filas y equipos insuficientes complicaron el ejercicio del voto .
- Violencia e incidentes: Aunque la mayoría de las casillas operaron con normalidad, se registraron incidentes aislados de violencia en estados como Puebla, Querétaro y Baja California, donde se reportaron intentos de robo de papeletas y ataques armados cerca de centros de votación.
- Críticas al proceso: Diversos actores políticos y sociales expresaron preocupaciones sobre la idoneidad de los candidatos, la politización del proceso y la falta de transparencia, especialmente por la decisión del Instituto Nacional Electoral (INE) de centralizar el conteo de votos en los Consejos Distritales, eliminando la participación ciudadana directa en el escrutinio .
A pesar de los retos, las autoridades electorales destacaron la importancia de este ejercicio democrático y se comprometieron a mejorar los procesos futuros. Los resultados oficiales se esperan en los próximos días, una vez concluido el conteo centralizado de votos.