El plástico domina el mundo. Tanto, que investigaciones lo han detectado en los rincones más insospechados del planeta, tales como el Círculo Polar Ártico o las cimas heladas del Everest, pero también en las entrañas de los animales e incluso en las heces del ser humano.
Ahora, un estudio reciente encontró la presencia del plástico, en cantidades minúsculas, y por primera vez, dentro de nuestra sangre.
Las responsables de este trabajo son las investigadoras Heather Leslie y Marja Lamoree, de la Universidad Libre de Ámsterdam (Vrije Universiteit), quienes constatan que minúsculos trozos de plástico provenientes de nuestro entorno vital pueden ser absorbidos por el torrente sanguíneo humano.