De forma inesperada, la izquierda francesa, recién agrupada en la alianza Nuevo Frente Popular (NFP), ganó la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia, según las proyecciones dadas a conocer tras el cierre de las urnas.
Después de que en la primera ronda la ultraderecha de Marine Le Pen quedó primera, las estimaciones muestran un revés para esa formación al ubicar primero a la izquierda, que lograría una mayoría simple, seguida del oficialismo del presidente Emmanuel Macron y relegando al tercer lugar a Le Pen.
Jean-Luc Mélenchon, líder de NFP, reaccionó inmediatamente y exigió a Macron que nombre un primer ministro de izquierda, mientras que el primer ministro, Gabriel Attal, anunció su renuncia.
El imprevisto mapa político que deja la segunda vuelta anticipa una Asamblea Nacional enormemente dividida y sin mayorías claras, por lo que la gobernabilidad de Francia entra en una fase muy incierta, más aún en un país sin tradición de coaliciones ni alianzas.
Con los 577 escaños de la Cámara ya asignados, el Nuevo Frente Popular de socialistas, comunistas, ecologistas y la más radical La Francia Insumisa (LFI) quedó en primer lugar con 182 escaños, más otros 13 independientes de izquierda, según los datos oficiales del Ministerio del Interior.
El bloque macronista, formado por tres partidos, perdió su mayoría al quedarse en 168 diputados, con una caída apreciable respecto a los 250 que tenía, pero mucho menos pronunciada de lo que vaticinaba la primera vuelta.
Y el tercer puesto fue para la ultraderechista Agrupación Nacional (RN), que partía como gran favorita tras su victoria en la primera vuelta y los pronósticos de los sondeos publicados hasta el viernes, pero que se quedó finalmente en 143 escaños.
A pesar de esta fuerte decepción, el RN logra un resultado histórico, muy por encima de los 89 diputados de 2022, que ya supusieron un salto excepcional desde los ocho que tenían en 2017.
El conservador Los Republicanos (LR) se mantiene a pesar de algunas deserciones hacia el RN y con un logro de 45 diputados, a los que podría añadir otros 15 independientes de derechas.
Con una participación muy alta de 67%, la mayor en varias décadas, muchos franceses parecen haberse movilizado para frenar la llegada al poder de la ultraderecha tras su triunfo en la primera vuelta del 30 de junio.
La mayoría absoluta está en 289, una cifra solo alcanzable con pactos que ahora mismo se presentan como improbables ante el veto de los macronistas y los conservadores a LFI, que tendrá más de 80 diputados dentro del paraguas del NFP.