Un minuto le valió a Weghorst para convertirse en el héroe de Países Bajos. La escuadra de Koeman ha tenido que aplicarse y saber sufrir para remontar a una dura Polonia que no se arrugó a pesar de las bajas. Los cambios fueron fundamentales para evitar la primera sorpresa de la Eurocopa.
Países Bajos tenía claro el plan que no era otro que instalarse en el área polaca desde el minuto 0 y se afanaron en la aplicación. Polonia se presentó totalmente encastillada en torno Szczesny y los neerlandeses iniciaron el asedio, agobiando con Depay, Simons y Gakpo gozando de buenas ocasiones.
Todo parecía encarrilado para Koeman ante un bloque sin figuras ni estilo, herido por las bajas de Lewandowski y Milik. Muchas era las adversidades y Polonia se apoyó en lo básico: no regalar nada en lo físico, ser afilado en la contra y mortal en el balón parado.
El plan salió bien de inicio. Tras la primera andanada oranje, Buksa impuso sus centímetros en el primer palo, entre Dumfries y las dudas Van Dijk, en un córner venenoso puesto por Zielinski.
Las dudas llegaban a la defensa neerlandesa y Van Dijk estuvo cerca de enmendar su error con un remate a bocajarro que pasó entre las piernas de Salamon y obligó a lucirse a Szczesny